A medida que los puertos expanden sus actividades y las ciudades siguen creciendo en tamaño y población, se ejerce presión en el medio ambiente y la biodiversidad que están a su alrededor. Existen varias fuentes de molestias que se repercuten en el ambiente marino y terrestre que rodea las ciudades portuarias: desde derrames de petróleo a contaminación por micro plásticos, desde ruidos submarinos a la introducción de especies invasoras y la destrucción de hábitats y ecosistemas. Sin embargo, las ciudades portuarias y sus actores están adoptando diferentes medidas para limitar sus externalidades negativas y proteger al medio ambiente. Durante esta sesión, se analizarán diversas buenas prácticas orientadas a disminuir estas repercusiones negativas en el medio ambiente y a conservar la biodiversidad y los ecosistemas locales.