El patrimonio y la cultura de las ciudades portuarias están marcados por el comercio mundial y la diversidad de su población. Desde hace algún tiempo, las autoridades portuarias y las comunidades locales ponen de relieve la dimensión marítima de su identidad cultural. Esto se aplica no sólo a la arquitectura y el urbanismo, sino también a la creatividad artística, las tradiciones, el saber hacer y las profesiones. El enfoque descendente de esta política cultural puede renovarse mediante la colaboración con asociaciones, institutos y museos, o incluso con los propios ciudadanos. Existen varios ejemplos de ciudades portuarias que lanzan convocatorias de ideas u organizan concursos. En esta sesión responderemos a dos preguntas: ¿cómo pueden participar activamente los ciudadanos en la promoción cultural de los puertos y por qué el patrimonio es una buena palanca para hacer más positiva la imagen de las ciudades portuarias?